sábado, 17 de diciembre de 2011

Retazos

Madrid sin niebla a las 7 de la mañana y yo sentada en un banco de Santa María de la Cabeza vomitando de nerviosismo puro tres tragos de cocacola y un (otro) chupito que no nos hizo más machos sino que logró hacernos acabar rodando por el piso y desordenándonos la ropa por el camino y prometiéndonos besos de reserva.

Volvimos a perdernos y a encontrarnos en esa vorágine de piel ya no tan ajena, de recuerdos del mal sexo de nuestra adolescencia y de benditas guarrerías dichas de labio a labio. Sudor en la espalda, y carne tibia a raudales, y dedos deslizándose por todas partes, y concursos de natación en tu mirada de playa. Quedar exhaustos de tanta incógnita, de tanto magnetismo de improviso, de locuras y palabras y noches que se queden quizás demasiado grandes para el verdadero universo, ese de ahí fuera, ese que desintegramos más encima que debajo de la funda nórdica.

Y de pronto nos damos una ducha de realismo, y ahí estoy, en Santa María de la Cabeza a las 7 de la mañana esforzándome por vomitar un poco más lejos para no molestar a un mendigo. Y luego regresar y dormir y despertar y no entender nada. Y asumir que los sueños existen y que duele a veces. Que dejar la madriguera es arrancarse y crecer siempre da dolor en las rodillas.

Y entonces te recuerdo rebosando el colchón y escondiendo la playa detrás de los párpados. Con el abrigo puesto, te acaricio el vientre asimétrico y te doy un beso en la nariz. Te sale susurrarme sin darte cuenta. "No te pierdas por ahí. Me ha costado demasiado trabajo encontrarte".

jueves, 15 de diciembre de 2011

"Me ha gustado. Es cutre, pero lo imaginaba más gris".
"Bueno. Más bien marrón clarito. Pero tenemos que volver".

Qué bonito es construir un mundo posible...



martes, 13 de diciembre de 2011

Estado de la cuestión

"Las historias que se narran son como lugares. Están habitadas por aquellas personas a quien han pertenecido en tiempos lejanos, no forzosamente por lo que se llama espíritus".


Inauguro blog de la mano de El niño de arena, de Tahar Ben Jelloun, una novela más que recomendable para estos días en que nos empieza a fallar el sol.

No pretendo oscurecer mis propósitos antes de tiempo. Con algo he de empezar, así que opto por esta cita, que sintetiza a la perfección lo que quiere ser este blog: nada más que espíritus, historias y lugares.

Nos vemos en las redes.