Convertirse o subvertirse en este
año de mierda en que me resbala la pedagogía, en que hago de mis espinas un
método de abstracción. Y es lo que hay. Abdico de mi vida para entregarme a un mañana
de luchas y deudas. Preveo salidas de tono. Procrastino con ganas y lo asumo
como forma de vida. Perjuro el futuro en junio.
Dedico mis exquisitos ratos libres
a rellenar mi currículum como quien rellena un sudoku sucio de un vagón de
metro. Y a un máster inservible. Se me hace costra la madurez sobre la ropa de andar por
casa. Me macero en literatura de serie B. Reboto en mis agujeros.
Así me han llegado los 25, fabricando
un día a día con píxeles de un pasado mejor. En ocasiones rumio alguna versión
urgente de mí misma. Entonces me siento infiel porque aquí permanezco,
poniéndole los cuernos a mis sueños en esta ciudad que se me agrieta encima, en
esta galería de los errores que emana farsa cervantina. En este lugar donde
parece coagularse el futuro más allá de los tornos de la RENFE. En este lugar donde,
paradójicamente, sólo me quedan
palabras.
"en esta ciudad que se me agrieta encima"
ResponderEliminarno sabía que tenías mi edad...
yo me alejé de alcalá y aveces vuelvo a tocárla como una cicatriz olvidada en la carne de otro.
a veces funciona. http://melancoholismo.blogspot.com.es/2011/07/de-las-artes-y-las-letras-patrimonio-de.html