domingo, 24 de noviembre de 2013

Ya no es sólo un rato



Para vivir no quiero
niños, chalés y coches.
Qué alegría tan baja
saberte aquí a mi lado,
sentirme a la deriva
guardándote en secreto.

Para vivir yo quiero
oscuridad, chupitos,
portales sucios, frío,
Madrid de madrugada.
Saciados de los otros,
hablar de mí sin ganas,
hablar de ti sin prisa.
Y respirar profundo
y vaciarte los ojos,
rasgarnos la memoria,
abrirnos las entrañas,
dolernos de la vida,
pudrirnos de futuro.

Para vivir yo quiero
de una vez por todas
saber
si tú, aquí y ahora,
es igual a mañana.





domingo, 3 de noviembre de 2013

Madrid. Domingo.



Amanezco. Vestida. Borracha. Un ovillo por fuera y por dentro. Se me irrita Madrid y de pronto estamos brindando con excusas para ponernos por fin las manos encima.
Tus dedazos casi absurdos al sujetar el tequila. Luces, voces cada vez más encendidas. Tus ojos pequeños disolviendo la realidad más que todo el jägermeister del mundo. Disfrazamos de palabras y sonrisas las ganas de hablarnos más bajo y más cerca. La vida alrededor desaparece y a los otros ya les rebosa la cabeza de arena.
Nos inundamos de momentos, de risotadas colectivas, de recuerdos, de estados de facebook para la mañana siguiente. Me miras sin disimulo desde el otro sofá, al filo de la jodida realidad, de la increíble evidencia del número que te persigue.
Amanezco y repaso el universo, leyendo en cada surco de la noche anterior que nosotros ya hemos sembrado un futuro suicida.