Cuatro semanas no es nada y
me pregunto cuánto tiempo va a estar despertándome el dolor de los recuerdos,
“secuestrada por la absurda insolencia
de que todo después de ti
sigue
existiendo” y seguirá existiendo más allá de las madrugadas, de los otros cuerpos, de las cervezas de más y los viajes.
Repito como un mantra al
arrullo de los travestis borrachos y los coches de policía que 9 años no es
nada que a pesar de los pesares tendrás amigos tendrás amor. Aunque mi punki de
2º ESO me saque de la bruma cuando leo a Cortázar a primera hora, profe el amor
es sólo placer y egoísmo, y yo respiro hondo las horas que son Iván qué
profundo te has levantado, y alimento su masturbación de las noches que vienen
con la sonrisa que me brota por no darle la razón.
Supongo que ahora podré por
fin empezar a escribirte, podré por fin empezar a inventarte ahora que la
realidad ya no existe, ahora que repito como un mantra al arrullo de los
travestis borrachos y los coches de policía ya no tengo miedo soy valiente nunca
supe quererte la vida va de esto y vamos a echarle cojones, qué demonios.
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