Qué vanidad
imaginar
que puedo darte
todo, el amor y la dicha,
itinerarios,
música, juguetes.
Es cierto que es
así:
todo lo mío te
lo doy, es cierto,
pero todo lo mío
no te basta
como a mí no me
basta que me des
todo lo tuyo.
Por eso no
seremos nunca
la pareja
perfecta, la tarjeta postal,
si no somos
capaces de aceptar
que sólo en la
aritmética
el dos nace del
uno más el uno.
Por ahí un
papelito
que solamente dice:
Siempre fuiste
mi espejo,
quiero decir que
para verme tenía que mirarte.
Julio Cortázar
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